miércoles, 2 de enero de 2013

Bajarse del Arbol


Te pasas media vida en lo alto, creyéndote que el suelo no existe, subido a tu árbol particular y desde arriba, las cosas se ven como más lejanas, más descoloridas. Sí, ves el cielo, pero es tan repetitivo…

Un buen día, te talan el árbol, si tienes suerte, bajas despacito a lo largo de su tronco y desandas los pasos que diste para subirlo. La esencia de la vida es esa, aprender y desaprender, porque ese es el verdadero camino que te dará la libertad, el conocimiento para poder decidir, donde quieres estar, a qué precio, y que supondrá estar donde estás.

De momento, me quedo en el suelo. Me gusta ver las cosas de cerca, verles las caras de frente a las personas y de vez en cuando, pasar al lado de mi árbol, recordar mis raíces y no olvidar jamás, lo que se ve y se siente desde arriba y lo que se puede hacer desde el suelo.  


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